Charrería, la fiesta del Pueblo
** Homenaje a los Charros Mayores que hacen historia
** No se olvida a esos grandes deportistas de a caballo
** No son números, son constancia para la historia y deporte
Los Charros Mayores no se olvidan. Persisten en la historia de la charrería nacional y dejan huella para las siguientes generaciones y derivan la grata herencia ancestral, por lo que además de tradición, se consigna como la fiesta del pueblo, que luce y trasciende en todos los ámbitos, tanto hasta significarse como identidad de nuestro pueblo y raza.
Digno es, el editorial que como homenaje en vida se les puede ofrecer a estos hombres de a caballo, cuyo esfuerzo y valor han dejado plasmado en cada participación, ya sea en competencia formal, familiar, tradicional o simplemente charreada amistosa, pero ellos destacan y bien.
No debe dejarse de lado las excepcionales cualidades y capacidad de cada uno de ellos, toda vez que su talento ha de plasmar la huella pretendida y aumentará tinta y páginas de historia para la Federación Mexicana de Charrería, que sostiene, divulga y promueve el deporte y tradición, asimismo, cultura ancestral, avalada incluso por la UNESCO, con motivo obvio de orgullo.
Apenas concluyó la versión XXVIII del Campeonato Nacional de Charros Mayores y se dedicó en honor a egregio personaje, Don Carlos Sánchez Llaguno, allá en el feudo sito en Tlajomulco de Zúñiga, donde se dieron cita 54 equipos representantes de nuestra república y 15 Charros Completos, además de 10 escaramuzas. Muy prudente reconocer que se trata de singular competencia entre charros a caballo con edad mayor a 45 años y el gran mérito es que mantienen virtudes, cualidades, capacidad y talento a veces «intactos».
La tensión, como en el «día de su debut», a tope, porque el afán de querer quedar bien y hacer bien las cosas le exige concentración, como cuando a los 15, 16 o 17 años dieron su primer campanazo en refriega por los puntos, en aras del triunfo del equipo representativo, porque entró en juego -como ahora- el status regional y la pelea será desde la cala misma, que ha de enseñorear al «jefe» o bastión, guía de la enjundia y carácter a exigirse. ¡ Así es la charrería !, Pasión y entrega…
No son números, son talentosos hombres de a caballo
En el ámbito del deporte casi todo se califica con números; en éste caso no es la excepción, pero trasciendo los nombres y personas, porque son ellos verdaderos protagonistas y la causa del jolgorio, de la pasión y conv
ierten con sus aciertos todo ello en fiesta. Desde la cala, los piales y sin faltar manganas a pie y a caballo, que exigen cualidades y talento, no determinado número, muy a pesar de que las diferencias serán en dígitos marcando diferencias, más no cualidades.
Llama poderosamente la atención en lo individual, como en lo general -de equipo-, lo acontecido en el Lienzo de La Calera de Tlajomulco de Zúñiga, toda vez que fue Roberto Torres Cárdenas -con más de los 45 años exigidos (73 para ser exactos)– quien plasmó la alegría de los presentes al culminar su faena de cala de caballo y lograr 45 puntos a favor de Rancho Las Cuatas, de Nayarit, que al final fue proclamado Campeón Nacional con 342 unidades, además por haber tenido menos puntos malos (-7).
No suelto la soga, porque la emoción no terminó ahí; en los piales en el lienzo, una tradición y hombre ícono de éste hermoso deporte -José de Jesús «Toronjo» Hernández- que «inundó» con perfume caro el entorno, al cuajar sus tres oportunidades de la reglamentada suerte y acumular 66 unidades en favor de Tamaulipecos.
Las virtudes persisten en Guillermo Ortega -muy reconocido y querido charro de León, Guanajuato-, que en la suerte de colas, dejó constancia de su capacidad y sumó 50 tantos, lo que para estos tiempos es toda una proeza, pues hay ocasiones que no se conjugan tan elocuentes momentos, entre la juventud que anhela la victoria y expone incluso a su cabalgadura en aras de conquistar puntos, halagos, y dejar ésa huella que por buen tiempo «hablará» de ellos.
Muy motivados, tenemos que ir hasta las «suerte reina», las manganas a pie y a caballo, que fue prodiga con José Andrés «Nito» Aceves -en su propio feudo-, le llenó de orgullo y rubor al haber cuajado sus tres oportunidades a pie y aportar 74 puntos en favor de Rancho Las Cuatas -de Don Roque-, todo un emblema en la charrería nacional y multicampeón en categoría libre y ahora en Charros Mayores, dignos nayaritas y bien reconocidos.
Otro ícono que llenó las alforjas de suerte y sumó puntos emotivos en las manganas a caballo, Juan Francisco «Pillín» Rivera, enseñoreado por Nuevo León León (aunque él es de Jalisco), consumó las tres opciones y aportó 74 unidades, circunstancias que dicen mucho, tomando en cuenta que todos estos hombres en conjunto han trascendido una trayectoria de más de 30 años activos y en el ámbito deportivo, muchos estarían «cerrando labor», ¡ellos no! todavía tiene «intactas cualidades, capacidad y talento.
¡ Honor a quien honor merece…! Los Charros Completos
No se debe ser egoista, menos regatear puntos buenos a tantos y tantos hombres de a caballo, que dieron su máximo esfuerzo en aras de las guirnaldas de la victoria y con mucho destacaron los afamados charros completos, que tienen por objetivo cumplir cinco faenas como son, cala, piales en la manga del lienzo, coleadero, manganas a pie y a caballo.
Participaron 15 de ellos, con más ahínco y perseverancia que consumación, pero la entrega en ellos dio fruto y fue José de Jesús «Chuyín» Aceves quien culminó en la cima y triunfador con 155 unidades; él es un digno representante de Jalisco e ícono de la charrería del estado y a nivel nacional; muy significativo es que aparezca, porque deja constancia única.
Los otros dos desafiantes fueron, José Luis Chávez Tafoya -por Jalisco-, con 152 tantos y cerró en la tercera posición, Raúl Bañuelos -«la Osa Bañuelos»- Alcalá, por Guanajuato. Puntual señalar que Rafael «Cuquis» Aguilar en su momento brindó emociones a granel, sólo que esto se llama «suertes charras» y no tuvo los aciertos, pero sí el emblema de ser descendiente de un gran hombre como los fue su padre, Don Aquilino Aguilar QEPD, formador de una gran dinastía en Hidalgo.
Muchos fueron los charros que desfilaron con el afán de consagrarse, sólo que la Diosa Fortuna no congenió con todos obviamente y destacó a los que conservan «intactas» sus cualidades, su anhelo de triunfo, no sólo en la esperanza, sino como una realidad al imponer fuerza, carácter, determinación y precisión, exigencias que al conjugarse trascienden en una suerte o faena cumplida; en la concentración para «competir» y no sólo participar, que es la gran diferencia.
Rancho Las Cuatas de Don Roque González, una vez más en Charros Mayores y con 342 unidades, logró significativo triunfo, seguido por Hacienda El Rosario -inscrito por Coahuila-, y sus 342 puntos buenos (y 15 malos), además de Rancho El Pitayo, que brilla por todos lados y en todos los escenarios, logró la tercera posición con 285 unidades, consumados en la competencia matutina, apenas culminada éste domingo, en el ya emblemático Lienzo La Calera de la familia de Los Aceves Aceves, dignos anfitriones.
La Federación Mexicana de Charrería distingue a personalidades
Ya tiene páginas de historia escrita el actual Consejo Directivo de la FMCh, encabezado por el Ing. José Antonio Salcedo López, quien al designar el honor a Don Carlos Sánchez Llaguno, rindió así homenaje póstumo, además de significarlo como el primer charro en integrar las galerías de la Confederación Deportiva Mexicana (Codeme), en el Salón de la Fama, de la entidad responsable de regir el deporte amateur en nuestra patria.
Asimismo, y en vida como debe ser, se condecoró con la «Herradura de Oro» -la más alta distinción para un charro- a Don Héctor
Balleza Sánchez, quien a sus 91 años, no deja las chaparreras de lado y trascendió como un gran promotor e impulsor del deporte a caballo en el estado de Colima.
Así como a él, el organismo federado ha marcado la trayectoria a esos hombres tan dignos por sus aportaciones a la charrería y qué mejor que consolidar la trayectoria del galardonado y ofrecer los motivos de alegría y felicidad a sus familiares y amigos, porque seguirá por siempre como la fiesta del pueblo.
Muy elocuente reunir a familias, amigos de muchas partes de la república y lograr reencuentros de amigos cuya señal está inscrita en el devenir del deporte a caballo, aquél que desde el Siglo XVI con Fray Sebastián de Aparicio surgió como una forma de trabajo, ahora es una forma de vida, llena de riquezas y valores, como es ser vértice de familias, de la sociedad misma, que en un lienzo charro implementó las convivencias y relaciones, que incluso son historia de cultura y llena de formación y valores humanos.
A todos los charros mayores activos y pasivos, la más alta consideración de que reciban un homenaje en cada lienzo, en cada entidad, sean locutores, instructores, jueces, directivos, todos merecen el reconocimiento de autoridades y público en general, porque son ustedes quienes convertidos en «imán» atraen al respetable al graderío en la fiesta del Santo Patrono, en el Campeonato Estatal o bien a nivel nacional. El ser protagonista será señal de vida, esperanza y desarrollo de nuestra charrería.
Por todo cuanto han dado al deporte a caballo, que la charrería y su familia se los recompense, toda vez que merecen ello y más; los premios pasan, pero ustedes quedan como bastiones de la charrería, de la sociedad, de sus familias, porque han sabido crear, formar, guiar y consolidar a la juventud anhelante de gloria, no sin pasar por los peldaños del éxito, con tropiezos y caídas, con los elementos y reglas para ser dignos ciudadanos y ejemplares competidores.
La vida es una competencia constante, por ello, honor y gloria a esos hombres precursores a caballo, por fortalecer al deporte de la charrería y ser el impulso que nuestra patria ocupa para dar ejemplo al mundo de valores, convivencia y calidez del ser humano….
Redacción AGG