Escaramuzas en México, una oda a la valentía de las mujeres
Por: Mundo Cuervo
Valientes, intrépidas, únicas son solo algunas de las palabras que podemos utilizar para describir a las mujeres que, sin temor alguno, arriesgan su vida en el deporte más hermoso y tradicional de México. Desde su nacimiento a mediados del siglo XX, las escaramuzas han sorprendido a todo público. Teniendo presentaciones tanto nacionales como internacionales, han dejado constancia de su gran habilidad para dominar el caballo, el lazo, los lienzos e, inclusive, a uno que otro charro.
Si bien, la historia de las escaramuzas es mucho menos antigua que la charrería, no deja de ser menos interesante. De hecho, podemos decir que es una tradición que nació de un grupo de mujeres queriendo preservar el amor por su cultura, su país y, sobre todo, por los caballos. En este sentido, estas jinetes reconocen que, más allá de una pasión, es un honor el poder ser una escaramuza. Dicen que, desde pequeñas, sus familias les han enseñado, no sólo las suertes y trucos, sino el respeto y el valor necesarios para cada presentación.
Definitivamente, quienes alguna vez han asistido a una charrería con escaramuzas podrán afirmar que es todo un espectáculo. Desde la vestimenta de adelitas hasta las hazañas que consiguen realizar mientras montan un bravo corcel.
A pesar de que por casi cincuenta años las escaramuzas estuvieron a la sombra de su contraparte masculina, hoy son las estrellas de cualquier charrería.
¿Qué hacen las escaramuzas en la charrería?
Esta descripción podría ser tan sencilla como un grupo de mujeres quienes montando a la inglesa realizan trucos a caballo. Sin embargo, el ser una escaramuza en el lienzo es mucho más que eso.
Para empezar, las mujeres deben portar un atuendo que, aunque es hermoso por donde se mire, es bastante complicado debido a la cantidad de elementos que lo constituyen. Además, es importante destacar que una escaramuza arriesga su vida cada vez que entra al lienzo charro. Al final del día, siempre existe la posibilidad de que algo salga mal. A pesar de todo lo anterior, ellas gustosamente lo hacen pues el demostrar sus habilidades ecuestres es un sinónimo de sentirse orgullosas de su tierra, honrar a su familia, y mostrarle al mundo la fortaleza de las mujeres.
En este sentido, es menester de toda escaramuza el preservar estas tradiciones. Como bien lo establecen, esta no es una actividad en la que cualquier persona pueda participar. Más bien, es una cultura que se hereda, que pasa de generación en generación. De hecho, la vida de una escaramuza comienza a muy temprana edad cuando, ya sea el padre o la madre, quienes les enseñan a montar a caballo. Es más, podría decirse que una escaramuza primero aprende a montar antes que a caminar.
Se dice que cada casa tiene suertes particulares que sólo son enseñadas a los miembros de cada familia. Suertes que, si bien tienen largo tiempo de existir, son mejoradas por cada generación. Esto logra que las charreadas se vuelvan el evento más distintivo de todo México.
Esta magia yace en los pequeños grandes detalles; desde los caballos que son esencialmente impresionantes, la destreza de las escaramuzas al manejar el lazo, pero, sobre todo, el hermoso ajuar que visten nuestras jinetes, sin importar que sean adelitas, chinas poblanas o charras. Si quieres conocer más, no dudes en leer nuestra nota revive la antigua tradición de la charrería en México
Como pudiste leer, ser una escaramuza es un honor, un placer, pero, más que nada, un orgullo. Estas mujeres no tienen reparo en arriesgar sus vidas para enaltecer su país, su cultura y su familia. Por tanto, no hay mejor forma de describir la cultura de las escaramuzas que como una oda a la valentía y belleza de estas mujeres.
Esperamos que pronto puedas conocer a las escaramuzas en persona en el Pueblo Mágico de Tequila, Jalisco.
Fecha Publicación: 03/05/2020
Última actualización: 24/08/2021